Año 3 & 16, número 4
Publicado: 3 de mayo de 2010 y 9 de mayo de 2023
Dedicado a
nitya-līlā praviṣṭa oṁ viṣṇupāda
Śrī Śrīmad Bhakti Prajñāna Keśava Gosvāmī Mahārāja
Inspirado por y bajo la guía de
Śrī Śrīmad Bhaktivedānta Nārāyaṇa Gosvāmī Mahārāja
La fuerza iluminadora de las palabras
Hay muchos obstáculos en el camino de la búsqueda de la Verdad. Estos obstáculos eclipsan la naturaleza real del buscador de la Verdad, de la búsqueda y del objeto de la búsqueda. Es la potencia iluminadora de las palabras la única capaz de destruir todos esos obstáculos. Por lo tanto, sólo cuando la potencia engañadora de la palabra nacida de la naturaleza efímera se transforma en su función iluminadora, es que las palabras impiden que el alma individual se separe del conocimiento no dual (advaya-jñāna), es decir, de la Suprema Entidad Verdadera. Entonces, tales palabras iluminadoras nunca promoverán la perversión del principio cognitivo hacia una unidad indistinta. Por el contrario, desarraigarán por completo la errónea recomendación de la teoría especulativa de la cognición indiferenciada.
Śrī Caitanyadeva es la verdadera unidad del sujeto y el objeto del conocimiento no dual. Y Nityānanda es la manifestación de esta unicidad. De hecho, Él mismo es el aspecto manifiesto del conocimiento no dual. Ellos dos son como el Sol y la Luna. Revelan la potencia cognitiva del alma espiritual. El bhakti otorga la verdadera cualidad de unidad y del amor por Kṛṣṇa. Estas dos potencias: de otorgar unidad y de producir el placer de ese conocimiento no dual, se encuentran dentro de Śrī Caitanya.
En este mundo creamos varias estructuras por medio de nuestros órganos sensoriales cognitivos y activos. Entre nuestros órganos sensoriales, el órgano del habla es el padre de la audición, es decir, de la percepción del sonido. El órgano del habla no siempre está totalmente establecido en el camino del sonido trascendente recibido auditivamente. En tal caso, surgirá un conflicto con dicho sonido divino, que desviará a los otros cuatro sentidos. Debe entenderse que este fenómeno no se aplica a aquellas palabras que están libres de toda limitación y que eliminan la suciedad obstructiva que bloquea el paso de la cavidad auricular. Tales palabras disipan la influencia de las palabras que existen en el ámbito de la percepción limitada. Y mediante esa operación, el canal de la audición trascendental no se ve perjudicado.
Existe un proceso décuplo para rectificar los defectos del cuerpo físico que se produce a partir del semen en el vientre de la madre. Aunque este proceso purificador satisface la función especulativa de la mente, sirve para enriquecer nuestro conocimiento sensorial, que posteriormente puede producir indiferencia hacia el conocimiento trascendental no dual. En tal caso, nuestro conocimiento sensorial nos lleva a confundir a aquellos seres que están en relación con Dios, con cosas de este mundo fenoménico. Bajo tal malentendido, ese mismo conocimiento, por la potencia ilusoria de la Entidad Real, puede impulsarnos a renunciar a tales seres y alejarnos de la Verdad, haciéndonos confiar en el reflejo no espiritual del reino de la cognición verdadera más que en el reino de la Verdad misma.
En la demostración de la enseñanza hay dos partes: el maestro y el alumno. Entre ambos existe una relación recíproca. La posición del alumno tiene un significado especial, ya que debe prestar atención a las palabras y observar los actos del maestro, así como percibir el verdadero objetivo de sus intentos. Si es negligente a la hora de recibir algo del maestro, sencillamente se perderá la oportunidad de escuchar verdaderamente lo que estaba destinado a él. De hecho, su función como receptor variará según la naturaleza, la capacidad y el grado de su atención incondicional. Cuando consideramos esta naturaleza, descubrimos que debe asumir la responsabilidad de sí mismo como seguidor de un elevacionista (que busca el cielo), un salvacionista (que busca la liberación del reino material) o un devoto. Al aprovechar las enseñanzas de uno de ellos, se espera que compense sus insuficiencias rectificando sus nociones erróneas y asimilando la esencia del conocimiento que recibirá. De este modo, puede regular su estado mental mediante cualquier adición o deducción de su provisión de intuiciones.
Por lo tanto, las enseñanzas de un maestro están destinadas a enriquecer, regular e invitar el impulso de recepción en la mentalidad del alumno, a fin de que éste pueda seguir progresando. Si el alumno tiene un talante irreverente, demostrará ser un agente insensible y no receptivo. Pero si se muestra verdaderamente digno de recibir las enseñanzas y enriquecerse, se le considerará apto para emprender un entrenamiento mental ulterior. No obstante, cierta dosis de timidez puede obstaculizarle en su avance diligente.
Adaptado del “The Gaudiya”, volumen 26, número 9
por el equipo de Rays of The Harmonist
Traducción del inglés: Indirā dāsī
Corrección de pruebas: Nandini dāsī